sábado, 24 de marzo de 2012

Una revisión al modelo kirchnerista.

En el siguiente artículo vamos a analizar el modelo kirchnerista; sus ventajas y desventajas; sus aciertos y  errores; lo que ha logrado y lo que, le falta por lograr.
Deberíamos preguntarnos entonces, en que se basa el modelo y cuáles son sus pilares fundamentales.

En primer lugar, el crecimiento económico, es decir el crecimiento del PBI ha sido una de las banderas más levantadas por este gobierno. Y no está mal, ya que no se puede negar que la administración kirchnerista no haya intervenido en este crecimiento. Lo que intento decir, es que el crecimiento económico no es solo “viento a favor”, y que, si bien hubo un contexto económico mundial favorable, también se han llevado a cabo políticas que impulsaron la economía.

No es mi intención, en este artículo, mencionar las diferencias de la política económica actual con la que se llevaba a cabo hace unos años. A grandes rasgos, la economía dio un fuerte impulso tras la devaluación, la suba del precio de las materias primas impulsadas no solo por un aumento de la demanda real, sino también por una desvalorización del dólar como moneda de refugio y la huida de muchos inversores hacia activos más seguros; y además, de una intervención estatal en la economía, que contrasta con las políticas neoliberales de los 90; el pago de la deuda, su reestructuración (el país aun le debe pagar a organismos como el Club de París), etc.

En la actualidad la situación es bastante distinta, el contexto mundial ya no es tan favorable, la crisis golpeo a los países desarrollados, EE.UU estuvo a poco de caer en cesación de pagos, Grecia prácticamente realizo un “default” ordenado, la desocupación en España alcanza niveles exorbitantes como un 25%, cae el precio de las materias primas, sufrimos de inflación en dólares, etc.
Volvamos a lo que nos incumbe, y que es como se desarrolla el modelo kirchnerista en la actualidad, y a que apuesta.

El gobierno apuesta a que haya un crecimiento sostenido de la economía en el tiempo, a lograr como sea los superávit gemelos (tanto el fiscal como el comercial), y a poder pagarle a los acreedores de la deuda.
Empecemos, a tratar el tema de los superávits. Para lograr el superávit fiscal, el gobierno dispuso este año la eliminación gradual de los sistemas de subsidios; y con respecto al comercial, se restringieron sistemáticamente las importaciones. Es evidente, que para cualquier país, tener las cuentas a favor es verdaderamente fundamental, y más aún en un país como el nuestro en el cual se aplican políticas que demandan un fuerte gasto publico.
En segundo término, el pago de la deuda es una obligación la cual hay que honrar, y de nada sirve vanagloriarnos  de nuestras reservas en el BCRA si el país no paga sus obligaciones.
Estudiemos el último factor, que de hecho es el más importante y a su vez depende de muchas otras variables.

La mandataria de la nación hace un fuerte hincapié en todos sus discursos sobre el crecimiento económico que caracterizo a la Argentina estos últimos nueve años y que es verdaderamente el pilar de este modelo. No por nada muchos suelen decir que los argentinos votamos con el bolsillo. Cuando podemos comprar, consumir, viajar, estamos contentos; no importa acaso a donde nos llevan los políticas actuales?Hoy en día, el modelo se encuentra amenazado porque el crecimiento económico se ve amenazado. Además el modelo contiene los gérmenes de su propia decadencia, ya que por sus características, es limitado.
En primer lugar, se prohibieron la mayoría de las importaciones, sin importar a que estaban destinadas. Si hay algo que no se puede frenar son los bienes intermedios, que se utilizan para fabricar productos finales destinados al consumo. No por nada tienen que parar las fábricas por falta de insumos.
Lo segundo que podemos nombrar,} y que está fuertemente ligado a este nuevo proceso de industrialización, es a donde están destinados los productos fabricados. Argentina vuelve nuevamente a apostar al mercado interno para continuar con su crecimiento. Nuestro país sigue alargando este proceso de industrialización mercado-internista, que sumado a las restricciones de las importaciones, y a los altos costos de producción, terminan haciendo que los argentinos paguemos mucho más por artículos que en realidad valen menos.
Si alguna vez se preguntaron porque nuestro país nunca se termino de industrializar; acá vamos a encontrar la respuesta. Si bien hemos sufrido décadas de políticas erradas. ¿Podemos decir que hoy se está en lo correcto? Necesitamos de industrias que vendan al exterior, y que compitan en el exterior. Incentivos para empresas que exporten con mucho valor agregado y con insistente aplicación de tecnología.

¿Por qué?
Las razones son varias; en primer lugar porque el hecho de competir en el exterior obliga a las industrias a renovarse constantemente y a no caer en la ineficiencia que es favorecida por un sistema que las beneficia, producido por la falta de competencia.

Y en segundo término porque las industrias deberían generar divisas para el país, en vez volcarse solamente al mercado interno. Si bien las importaciones están cerradas, imaginemos que para fabricar un producto que se vende en el mercado interno (y no genera divisas), se necesitan muchas veces bienes intermedios del exterior que aún no son producidos en Argentina (salen divisas). Así no hay cuenta que cierre; en cambio si las industrias exportasen, la diferencia quedaría a favor de Argentina.
Este problema nos lleva a analizar un factor más, y es que la entrada de divisas a nuestro país se produce básicamente por las exportaciones de materias primas. Es decir, Argentina sigue con el viejo sistema de ventajas comparativas el cual nos ha condenado a lo largo de todo el siglo XX en el subdesarrollo. Lamentablemente Argentina se sigue especializando en la producción de una materia prima para vender en el exterior. En el siglo XIX fueron los cueros y las pieles, en el siglo XX los cereales y la carne, y en el siglo XXI la soja.

Podemos concluir entonces, que el crecimiento de nuestra economía está sujeto a 3 cosas:
El precio de la soja, las restricciones a las importaciones, y el aumento de la demanda interna.
Con respecto a las restricciones de las importaciones, podrán seguir firmes mientras la administración sea fuerte; el precio de la soja depende de la demanda externa, como así también de los vaivenes internacionales, que no van a ser pocos para este 2012. Y con respecto a la demanda interna, yo me pregunto hasta cuándo se va a poder aguantar un crecimiento que se basa en el endeudamiento de la clase popular y media argentina.

El aumento de liquidez en la economía y la facilidad con la que se dan prestamos, lo único que produce es que la gente pueda comprar bienes durables sin disponer de ese dinero, es decir sin disponer de esos ahorros. La consecuencias son dos: primero es que produce una realidad distorsionada en la cual el crecimiento económico no es consecuencia del ahorro y de la generación de riqueza, sino del endeudamiento; y lo segundo es que la cantidad de préstamos que se están dando con tanta facilidad a personas que pueden llegar a ser insolventes es peligroso.
Pensemos en el siguiente panorama: si por alguna razón la economía se empieza a frenar, ya sea por una caída del precio de la soja, por una apertura de la economía a la competencia extranjera, o por un freno en el consumo por el exceso de endeudamiento; el gobierno se va a ver obligado a reducir el gasto público, cae aún más el consumo, las fabricas dejan de vender, si dejan de vender quiebran, cierran y despiden gente, y esa gente que debía 200.000 pesos a un banco comercial no los va a poder devolver. Ustedes sabrán que pasa después.
Aun así confío que el sistema bancario argentino es mucho más fuerte de lo que fué en el pasado.

Resumiendo un poco

Ventajas:Las tasas de desempleo bajaron a un mínimo histórico, las fabricas producen, la gente tiene trabajo, plata, compra, come.
Desventajas:
El crecimiento económico se viene sosteniendo en pilares que podrían no ser tan solventes en los próximos años.

Aciertos:El fuerte intervencionismo estatal, y la prohibición de las importaciones para proteger y fomentar la industria nacional.
Desaciertos:
La restricción de importación de bienes intermedios para la industria, la industrialización a costa de un mercado interno que tiene sus limitaciones, y la principal consecuencia de esto es la falta de innovación tecnológica en la producción a costa de la falta de competencia.
Además, y lo que me parece aún mas grave, mantenemos el viejo sistema de ventajas comparativas el cual hace depender al país de la venta de una materia prima.

Lo que logro:Esto ya es bastante redundante, pero los logros están a la vista de todos, y como ya hemos explicado, ahora la gente tiene plata para comer (si bien todavía faltan solucionar los terribles problemas de desnutrición en el norte del país); hay trabajo, crecimiento, y lo mejor de todo, hay expectativas de un futuro mejor.

Lo que falta lograr:Que nuestro país se industrialice verdaderamente, que se invierta fuertemente en educación, que se mejore la calidad de vida, que no haya inseguridad; y que de una buena vez Argentina tome el lugar en el mundo que le corresponde, como una verdadera potencia industrial, agrícola y económica.
Después de todo esto, me pregunto… realmente nos estamos industrializando? O todo esto es como ver una historia que se repite, la cual ya sabemos como termina.


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